Y tras la COP 26 ¿ahora qué?

La COP26 ha terminado con un acuerdo débil e insuficiente para hacer frente de manera efectiva a la emergencia climática. La decepción de los limitados resultados de la cumbre, recogidos en lo que ya se conoce como el Pacto de Glasgow, ha invadido incluso a altos representantes presentes en la COP dejándonos una de las imágenes que sin duda pasarán a la historia de estos encuentros, la de un visiblemente emocionado Alok Sharma, presidente de la cumbre, que no ocultaba su decepción tras las negociaciones a la hora de anunciar los “logros” de la COP26. 

De este modo, el clima de impaciencia y desencanto, manifestado en las calles de Glasgow por el activismo medioambiental y la ciudadanía, finalmente ha visto hacerse realidad algunos de sus grandes presagios para esta edición de la COP, finalizada una vez más con un acuerdo no vinculante y el establecimiento de una agenda climática que depende de la voluntad de las partes firmantes. 

No obstante, este COP26 ha puesto sobre la mesa algunos aspectos importantes sobre cómo los caminos que parece irá tomando el futuro de la acción climática gubernamental. Algunas luces sobre las muchas sombras de la cumbre que deben ser observadas con cautela.

 

Luces y sombras de la COP26

 

1.  El camino de los 1,5ºC

El compromiso de limitar a 1,5 grados el aumento de las temperaturas se mantiene vivo, aunque sin grandes esperanzas de ser alcanzados ante la insuficiencia de las medidas adoptadas.

Instalaciones de la COP26. Fuente: El Periódico

 

2. ¿El fin de los combustibles fósiles?

Por primera vez en una COP se reconoce formalmente la quema de combustibles fósiles como culpable de la crisis climática y marca el camino para la reducción de las subvenciones públicas a estos combustibles. El acuerdo de la COP26 otorga un importante papel a la quema del carbón, principal fuente de gases de efecto invernadero,  con el compromiso de la disminución gradual del carbón, tras las presiones de India y China para sacar en el último momento del borrador del acuerdo su “eliminación gradual”. 

El papel de otros combustibles fósiles como el petróleo y el gas en el camino de la lucha contra la emergencia climática quedarían fuera del acuerdo aunque abarcado en el nacimiento del BOGA (Beyond Oil and Gas Alliance), el primer acuerdo diplomático para mantener los combustibles fósiles bajo tierra con el objetivo de facilitar la eliminación gestionada de la producción de petróleo y gas y de elevar el tema a los diálogos internacionales sobre el clima, movilizar acciones y compromisos, y crear una comunidad internacional de práctica sobre el mismo. 

Sin embargo, uno de los datos más escandalosos de la COP y que contrasta con este compromiso ha sido el alto número de representantes del lobby de combustibles fósiles. Se estima que unos 503, representación más elevada que algunas delegaciones estatales y duplicando la presencia indígena.

 

3. La desigualdad en la COP26

El fondo de pérdidas y daños contra el cambio climático, enfocado a corregir la desigualdad Norte-Sur entre los países que más aportan al cambio climático y los que más sufren sus consecuencias, estaba llamado a ser uno de los grandes temas de la COP. Los países del norte global han reconocido su responsabilidad en el cambio climático y se ha acordado duplicar para el año 2025 los fondos destinados a la adaptación al cambio climático de los países del sur global. Sin embargo este punto del acuerdo, queda de nuevo sometido a la voluntad de las naciones ricas y con el peligro de que no se materialice, tal y como sucedió con el compromiso de movilización de 100.000 millones de dólares anuales para este mismo fin que fijó el Acuerdo de París.

Ministro de Exteriores de Tuvalu mostrando el impacto del cambio climático en su país durante su intervención en la COP 26. Fuente: CNN en Español.

 

4. Acuerdo de Cooperación EEUU – China

El acuerdo de cooperación entre EEUU y China, dos de las economías más contaminantes del planeta ha sido una de las grandes sorpresas de la cumbre. Sin embargo, más allá de una mejora en sus relaciones diplomáticas el acuerdo no se ha materializado en grandes medidas

Miembros de la delegación china y estadounidense en la COP26 durante el anuncio del acuerdo de colaboración China – EEUU. Fuente: Reuters

 

5. Falta de perspectiva en el acuerdo sobre la deforestación. 

Tenemos el primer gran acuerdo de la cumbre para frenar la deforestación en 2030, firmado por un centenar de países y que implica la aportación de 10.300 millones de euros entre 2021 y 2025 para frenar la pérdida de masa forestal y la restauración de extensiones ya degradadas  ¿Cuál es la cara B del acuerdo? Su carácter voluntario y no vinculante, sus lagunas sobre la reducción de la agricultura industrial y de la demanda de carne y lácteos, actividades que destruyen los ecosistemas. Implicando importantes amenazas, además de para el medio ambiente, a pueblos originarios y comunidades indígenas como las de la Amazonía. Además, Indonesia queda fuera del acuerdo, país en donde se concentra la industria del aceite de palma, actividad con gran impacto forestal y sobre la biodiversidad de la zona. 

 

6. ¿Financiación para las energías limpias o greenwashing?

Más de 400 entidades privadas presentes en la COP han acordado financiar la transición hacia energías limpias para la descarbonización de nuestras sociedades, sin embargo no se han establecido medidas de control sobre dicha financiación privada y cuándo va a realizarse dejando claro la falta de confianza en la vía privada para hacer frente al cambio climático. La presencia de grandes empresas como Iberdrola o del alto número de lobbistas de los combustibles fósiles en la COP ha sido reiteradamente denunciado desde el activismo durante estas dos últimas semanas. 

 

7. ¿Nuclear? No, gracias 

Otra de las grandes sorpresas de la COP26 ha sido la división en torno al papel de la energía nuclear y su contribución a la lucha contra el cambio climático. Un debate que no es nuevo y en el que tras décadas de lucha ambiental ya se expusieron los grandes peligros que genera esta actividad y la problemática de sus residuos, pero que ha recobrado interés a partir del anuncio de Francia de abrir nuevas centrales nucleares en el país y de las presiones para que la energía nuclear pase a ser considerada formalmente como energía limpia e inversión clave para la descarbonización con su inclusión en la clasificación de inversiones sostenibles de la UE.

¿Sorprendida? Pues prepárate para la que se nos viene encima…

 

 

 

 

 

 

 

8. Los deberes tras la COP26 

El acuerdo establece que los países deben revisar sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para finales de 2022, antes de la próxima COP27, adelantando en tres años el límite previsto para ello, inicialmente fijado en 2025. Se piden compromisos pero no resultados.

Recogiendo el mobiliario de la COP 26. Fuente: Ágora Diario

 

9. Una COP sin la ciudadanía

La COP26 ha servido para exhibir una vez más la fuerza de la ciudadanía y del activismo climático, abriendo una puerta de esperanza al ver a tantas y tantas jóvenes congregadas en Glasgow de manera paralela en la People Summit o Cumbre de los Pueblos, lo que conocemos como la contra cumbre del clima. Sin embargo, una vez más hemos asistido a una COP que se desarrolla al margen del sentir y las demandas ciudadanas dejándola fuera de las decisiones sobre la justicia climática.

 

¿Y ahora qué hacemos? Lejos de desmotivarnos por el fracaso ante las expectativas puestas en la COP26 desde Inexsos tenemos claro el camino…Creatividad para tejer comunidad para seguir educando, actuando y movilizándonos por la justicia climática. Imaginando y construyendo el mundo que merecemos.

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